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Elimina las licencias de ejecución del dispositivo devolviendo las licencias.
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Borrar certificados disponibles en la CPU.
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Eliminar aplicaciones.
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Borrar aplicaciones de la tarjeta de memoria, si está disponible.
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Si está disponible, retire la tarjeta de memoria y la batería de la CPU.
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Elimina todas las cuentas y datos de usuario.
Si no puedes acceder a los datos almacenados en la CPU, por ejemplo, porque ésta ya no funciona, destruye físicamente el dispositivo.
Esto garantiza que las credenciales almacenadas en el dispositivo no puedan utilizarse indebidamente.